La velocidad de la transformación digital se ha acelerado

En los últimos años, pero especialmente desde la COVID-19, la digitalización ha ido ganando cada vez más importancia para muchos gimnasios y centros de salud. Quieres ofrecer el máximo beneficio a tus clientes, independientemente de si pueden acudir al centro en persona o si prefieren conectarse contigo de forma digital. Una aplicación propia puede mejorar la experiencia global de tus clientes y aumentar su satisfacción con lo que les ofreces, sin importar las circunstancias. Una de las preguntas más importantes que debes hacerte a la hora de decidir cómo enfocar la aplicación de tu centro es: ¿quieres intentar crear una aplicación personalmente o prefieres asociarte con un líder del sector que ofrezca una experiencia de gran calidad y bien considerada para tus socios?

Esta decisión puede variar en función de tus objetivos específicos, pero hay varios elementos que debes tener en cuenta antes de tomarla.

¿Quieres ser una empresa de tecnología o un proveedor de fitness?

¿Con qué está comprometida tu empresa? ¿Te interesa más ofrecer asesoramiento de fitness y oportunidades a tus socios o prefieres dedicarte a la parte tecnológica personalmente?

Cada vez que decidas poner un nuevo rumbo en tu negocio, especialmente si es de tecnología, es importante que tengas en cuenta que esto desvía tu atención y tus recursos de otras labores. Aunque puedes desarrollar y ofrecer una tecnología estupenda para tus usuarios, esto podría afectar a tu oferta de fitness principal. A la larga, si desvías tu atención del elemento principal de tu negocio, puede que tus clientes no obtengan la misma buena experiencia que esperaban cuando se unieron a tu centro.

Trabajar con el colaborador idóneo para crear tu propia aplicación puede ayudarte a ahorrar tiempo, energía y recursos. En lugar de concentrarte en desarrollar y mantener la aplicación, puedes centrarte en tus competencias principales y ampliarlas con ella, proporcionando asesoramiento de fitness de primera, ayudando a la gente a alcanzar sus objetivos de fitness y salud u ofreciendo consejos alimentarios que pueden ayudar a los socios a alcanzar estos objetivos. Lo más probable es que, como operador, tu atención se centre en el fitness, y esto no es solo en lo que tú destacas, sino también tu personal, y, seamos sinceros: también es lo que más os gusta hacer a ti y a tus empleados.

¿Tienes los recursos que hacen falta para invertir en crear tu propia aplicación?

Crear una aplicación requiere una serie de recursos escasos, que son:               

Tiempo      

Para crear una aplicación sólida, necesitarás tiempo. No solo deberás averiguar lo que quieren tus socios y cómo puedes ofrecérselo, sino que necesitarás tiempo para probar la eficacia de la aplicación y deberás probar cada uno de los cambios que probablemente tendrás que hacer con el tiempo. También necesitarás tiempo para investigar, desarrollar y, finalmente, crear la aplicación, así como para mantenerla año tras año. Desarrollar una aplicación no es algo que se pueda hacer una vez y listo, sino que los continuos avances tecnológicos requieren mucho tiempo y esfuerzo solo para mantenerla, y aún más para adaptarla a medida que la tecnología evoluciona.

Dinero

Como operador de un gimnasio o centro de salud, ya sabes que, si quieres ampliar tu oferta, necesitas dinero. Con la creación de una aplicación pasa lo mismo. Desarrollar la aplicación puede acabar costándote una fortuna, especialmente si empiezas de cero. También necesitarás desarrolladores expertos para que se ocupen de la programación, y los muy especializados están muy cotizados, lo que podría acabar aumentando la factura considerablemente.

Gente

Tus empleados actuales ya tienen un montón de cosas que hacer. Tienes entrenadores e instructores que trabajan directamente con los socios y empleados de la central que contribuyen a que todo fluya como es debido, desde las máquinas hasta las necesidades de tus socios. Crear una aplicación de cero requerirá contratar a más gente y, en muchos casos, quitará tiempo a la gente que ya está trabajando en otras cosas.

Energía y concentración

La energía de la que dispones es limitada y es muy posible que ya esté concentrada en que tu centro funcione con fluidez. Crear una aplicación de cero implica una cantidad considerable de energía, atención y concentración por tu parte, lo que significa que no dispondrás de esa energía para invertirla en otras áreas.

Si quieres desarrollar tu propia aplicación, deberás destinar estos recursos por adelantado y, en muchos casos, tendrás que invertir más aún, especialmente si algo falla. En cambio, si trabajas con el colaborador idóneo, este ya contará con estos recursos y experiencia. Lo único que tú tendrás que hacer es sacarles partido.

El valor de identificar al colaborador idóneo    

Un buen colaborador tecnológico puede trabajar contigo para crear soluciones a corto y largo plazo que te ayudarán a alcanzar muchos de los objetivos que buscas al crear tu aplicación. ¿Sabes cómo es un equipo tecnológico full stack o cómo crear uno? ¿Quieres estar en el almacén de integraciones o preferirías pasarle estas tareas a tu colaborador? Pensar detenidamente en lo que realmente quieres conseguir te ayudará a tomar una mejor decisión que refleje completamente tus objetivos.

Tiempo de lanzamiento al mercado

Comprar una aplicación existente y trabajar directamente con un colaborador es más rápido que crearla personalmente. Recrear muchas funciones operativas estándar, como un horario de clases dirigidas, requiere muchísimo tiempo si empiezas de cero. Esto significa que, si te interesa ofrecer esta opción a los socios lo antes posible, necesitas trabajar con un experto que te pueda ayudar a materializarla rápidamente. Un buen colaborador te permitirá aprovechar las funciones claves, pero también innovar y destacar con lo mejor de su plataforma, para que puedas concentrarte en los puntos fuertes de tu centro en vez de invertir meses solo para recrear las funciones estándar.

Costes

A la hora de crear tu aplicación propia, los costes son impredecibles. No solo es difícil fijar una tarifa única para crear la aplicación, sino que probablemente tendrás que asumir gastos recurrentes para mantenerla y actualizarla. En muchos casos, ni siquiera un desarrollador con experiencia puede predecirlos con precisión de antemano. En cambio, trabajar con un colaborador suele implicar un coste fijo. Y no solo eso, sino que este suele ser predecible y gestionable. Puedes moderar el gasto decidiendo de antemano qué funciones y soporte técnico quieres tener y cómo estos encajan en tu presupuesto.

Conocimiento y experiencia

Seguramente, la competencia principal de tu equipo está relacionada con gestionar gimnasios y centros de salud. Aunque está claro que puedes aportar esta experiencia a los datos de la aplicación, puede que tengas problemas con las tareas asociadas a la creación propiamente dicha. Sin embargo, un colaborador tecnológico tiene amplios conocimientos y experiencia en el sector técnico que aportará a la hora de crear tu aplicación. Esto no solo significa que probablemente la aplicación funcionará de forma más fluida, sino que seguramente será más eficiente y fácil de usar.

¿Estás pensando en ofrecer una aplicación a tus socios? ¿No sabes por dónde empezar? Ponte en contacto con nosotros hoy mismo para descubrir cómo podemos asociarnos para que alcances estos objetivos.